El Triunfo de la muerte, cuadro del pintor flamenco Pieter Brueghel.
El Triunfo de la muerte, cuadro del pintor flamenco Pieter Brueghel.
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Pandemias: una historia que se repite siglo tras siglo

La humanidad ha soportado diferentes enfermedades.

"Hay los que tienen miedo y los que no lo tienen, pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de tenerlo": La peste- Albert Camus

 

Resulta inverosímil que una microscópica amenaza,  el coronavirus, en pleno Siglo XXI, esté poniendo en juego la estabilidad y la supervivencia de los seres humanos en el planeta tierra.

Pero lo que es más sorprendente es que aunque para nuestra población del siglo XXI esto de las pandemias parezca algo inédito Y nunca visto, estas catástrofes sanitarias ya la humanidad las habia vivido decenas de veces en el pasado produciéndose millones de muertes en todos los continentes. Lo único que difiere es que en estas “Pandemias-Siglo XXI” la velocidad de propagación del virus es infinitamente mayor a la de centurias pasadas, en especial debido a las facilidades de traslados y viajes de las personas desde un país al otro.

Pero de resto la historia del pavoroso sufrimiento humano se repite siglo tras siglo. Por más que evoluciona el mundo de la ciencia, la academia y la tecnología esos diminutos y dañinos bichos periódicamente retornan generando el caos  y cosechando muertes, validando una y otra vez el dicho popular de que “no existe enemigo chico”.  Desde los años antes de Cristo, pasando por los tiempos del cólera magistralmente descritos por nuestro Gabo, hasta el actual Coronavirus esta repetitiva pesadilla la siguen reproduciendo dramáticamente esos invisibles microorganismos.

Corral de apestados de Goya.

Pandemias  y más pandemias a lo largo de la historia 

Consultando diversas fuentes encontramos que entre las pandemias más letales de la historia se encuentran:

1er, lugar: Peste negra (1347-1351): Unos 200 millones de muertes. Se dice que acabó con el 50 % de la población europea.  Ha sido la pandemia más mortífera en la historia de la humanidad. Fue producida por las pulgas de las ratas negras y se esparció por toda Europa a través de  los barcos mercantes.

2° lugar: Viruela (1520): se calcula en unos  56 millones  de muertes. Fue traída a América por  la conquista europea. Existen  estudios que concluyen que mató hasta al 90% de la población nativa americana.

3° lugar:  La Gripe española (1918-1919): 40-50 millones de muertes pero infectó a aproximadamente 500 millones de personas en todo el mundo. Fue la primera pandemia causada por el virus del H1N1

4°  lugar: Plaga de Justiniano (541-750): se calcula entre 30-50 millones de muertes. El epicentro del brote fue Constantinopla. El origen fueron las ratas que llegaban en los barcos mercantes provenientes de distintos rincones de Eurasia, portadoras de pulgas infectadas con la peste bubónica.

5°  lugar: VIH/sida (1981-actualidad): 25 a 35 millones de muertos de 1981 hasta hoy. Se originó en primates del África. Actualmente existen 37.9 millones de infectados en el mundo. En  2018 murieron 770 mil personas.

6°. Lugar: La tercera peste bubónica (1855): causó 12millones de fallecidos. Se originó en Yunnan, China, pero donde más daño generó fue en la India en donde murieron  cerca de 10 millones de personas.

7°  lugar: Peste Antonina (165-180 d de C.): 5 millones de muertes en el imperio Romano. No existe consenso entre los historiadores pero se cree que la enfermedad pudo haber sido viruela o sarampión,

8°Lugar: Cólera (1817-1923): Aproximadamente 1 millón de muertes. Importada de India por tropas británicas. Entre 1817 y 1923 se produjeron seis pandemias de esta enfermedad en distintos puntos del mundo. La falta de tratamiento de los excrementos humanos y la ausencia de agua potable son los principales responsables de la propagación del cólera. Aun en la actualidad se producen brotes periódicos.

San Rocco, atado por la peste de Tintoretto.

Pandemias del mundo descritas magistralmente por Gabo y otros literatos 

Pero la mejor descripción que se ha hecho en el mundo es la que hizo nuestro Nobel Gabriel García Márquez en su obra “El Amor en los tiempos del Cólera” una larga historia de amor, 80 años de vidas paralelas, en una ciudad caribeña a fines del siglo XIX durante una epidemia de la llamada “enfermedad azul”: “La epidemia de cólera morbo, cuyas primeras víctimas cayeron fulminadas en los charcos del mercado, había causado en once semanas la más grande mortandad de nuestra historia (...) En las dos primeras semanas del cólera, el cementerio fue desbordado y no quedó sitio disponible en las iglesias, a pesar de que habían pasado al osario común los restos carcomidos de nuestros próceres sin nombre (...) Desde que se proclamó el bando del cólera, en el alcázar de la guarnición local se disparó un cañonazo cada cuarto de hora, de día y de noche, de acuerdo con la superstición cívica de que la pólvora purificaba el ambiente (...) Cesó de pronto como había empezado y nunca se conoció el número de sus estragos...”

Antes y después de Gabo otros escritores habían reflejado impactantes  vivencias relacionadas con epidemias y pestes. Es de recordar que el  clásico Decamerón de Bocaccio tuvo su origen cuando  siete mujeres y tres hombres que huyen de la peste bubónica en la Edad Media y pasan 10 días contándose todo tipo de historias. En “La peste” Albert Camus relata en forma impactante la historia de una terrible epidemia que azota a la ciudad argelina de Orán, a mediados del siglo XX. El protagonista es el doctor Rieux, un médico que trata de contener la enfermedad por todos los medios. La ciudad es puesta en cuarentena  y el miedo paraliza a gran parte de la población: «Hay los que tienen miedo y los que no lo tienen, pero los más numerosos son los que todavía no han tenido tiempo de tenerlo». A medida que avanza la peste, toda la actividad comercial en Orán también muere. En cambio, resurge de entre las cenizas un sentimiento de fraternidad en beneficio de las relaciones humanas. De la indiferencia, la pasividad y falta de amor al prójimo, en medio de muertes selectivas, se pasa a la solidaridad humana. Albert Camus refleja que, pese a todos los males y plagas que pueden asolar el universo, siempre existe la esperanza de que aflore lo mejor del ser humano.

De igual manera Thomas Mann en su obra “Muerte en Venecia” relata la historia de una platónica atracción homosexual  de un hombre maduro hacia un  joven  de 14 años la cual se vive en  Venecia en medio del inicio de la epidemia del cólera en el siglo XIX. En el ensayo sobre la ceguera de José Saramago describe fantásticamente  una imaginaria ciudad en que existe una epidemia en donde toda la población se queda ciega y se declara en cuarentena. Otras creaciones literarias que se refieren a epidemias son:  “El húsar en el tejado” de Jean Giono ( novela que se escenifica en La Provenza en el siglo XIX en medio de la epidemia de Cólera) y “Diario del año de la peste”, Daniel Defoe en el que el autor pretende demostrar que todos los seres humanos son iguales ante la muerte masiva generada por las pestes.

Una Plaga, obra de Nicolás Poussin, en el Museo de Louvre.

Pandemias antes vividas en Colombia , el Caribe colombiano y Barranquilla

Existen diversos registros de archivos históricos que nos hablan de la forma como algunas de estas pandemias  azotaron con crudeza a Colombia.

El reconocido  historiador Francisco Guerra afirma que la población indígena americana sufrió un enorme desastre demográfico tras el descubrimiento del Nuevo Mundo en 1492: "La gran mortalidad de los indios, y previamente de los españoles, se debe a una epidemia de influenza suina o gripe del cerdo".

En Colombia una pandemia muy recordada fue la “Gripe española” que azotó predominantemente  en las regiones frías de país, en especial Cundinamarca y Boyacá.  La mayor altura sobre el nivel del mar resultó ser un factor de riesgo para la muerte por gripa. En el altiplano cundiboyacense se consignaron 106.484 registros de defunción por gripa en el periodo 1912-1927. Es de aclarar según los autores que.  Las condiciones de pobreza y hacinamiento acentuaron la letalidad de la pandemia.                                                                                                    

Según el  investigador J. Laverde de la Universidad Nacional el 80% de la población bogotana (unas 100.000 personas)  enfermó de gripa, entre octubre y noviembre de 1918. Bogotá, en temporada de frío y lluvias, se paralizó por la gripa: “Las oficinas públicas, los colegios, la universidad, las chicherías, los teatros y las iglesias estaban vacías; los servicios urbanos se colapsaron; la policía, el tranvía, el tren y los correos se paralizaron, porque la mayoría de policías, operarios, curas, alumnos, profesores y empleados enfermaron: se suspendieron todos los espectáculos públicos, y las calles de la ciudad, especialmente en la noche estaban casi desiertas”.

En lo que se refiere a la región Caribe los estragos de la peste bubónica fueron estudiados por Jorge Márquez V., historiador de la Univ. Nacional en su investigación “¿Rumores, miedo o epidemia? La peste de 1913 y 1914 en la costa Atlántica de Colombia”. Allí describe el miedo que se apoderó en 1913 de  la costa atlántica por la supuesta aparición de la forma pulmonar de la enfermedad en Usiacurí, Isabel López, Baranoa (Atlántico), Santa Marta, Aracataca (Magdalena) y Calamar (Bolívar). La gobernación de Bolívar ordenó importar "mil tubos de suero antipestoso", se ordenó establecer "cordones sanitarios" para impedir toda comunicación del puerto de Cartagena con el de Santa Marta, así como los puertos fluviales del río Magdalena e  Incluso para el ferrocarril y los pequeños pueblos en torno a las estaciones.

En otra  investigación “La medicina en la historia y la sociedad en Barranquilla, 1865-1965”,  publicado en el 2011 por la Ed. Universidad Simón Bolívar, sus autores Jairo Solano y Emilio Quevedo describen que la epidemia de peste bubónica o "Muerte negra” nació en Asia, pero afectó en su máximo apogeo a la región del Atlántico en las dos primeras décadas del siglo XX. Mencionan que,  según el médico homeópata Gabriel de Ujueta “la epidemia inició en el Piñón (Magdalena) y de allí se había extendido a Barranquilla y Sabanilla. Músicos populares de Baranoa, Tubará y Galapa habían llevado el contagio hasta Panamá”.

Otro historiador, Salvador Camacho, por su parte  describió que el cólera llegó de Panamá a Cartagena y a Barranquilla “en donde se encarnizó en los meses de junio y julio. Se calculó que entre las ciudades del litoral y las márgenes del río Magdalena hasta Honda, el azote en tres meses había causado la muerte a más de 20.000 personas".  De otro lado el estudioso histórico Iván Herrera M. refiere que en Barranquilla “ la pandemia del cólera se vivió en su apogeo entre 1849 y 1951. También hubo cuarentena y se sobrepasó la capacidad del cementerio local ( “El Camposanto”) y los servicios de salud. Como la mayoría de los casi 30 mil habitantes  eran católicos rezaban el rosario solos, en familia o con los vecinos. Todavía sobrevive de esa época la hermosa iglesia de estilo gótico que hay en la Valle 30 con la carrera 36 que se construyó en honor a San Roque de Montpellier, que es el Santo protector de epidemias, a semejanza de la construcción de la Ermita de San Roque en Cartagena, que se erigió para que protegiera a la ciudad de una epidemia acaecida a mediados del Siglo XVII.

En síntesis, no se puede negar el poder pedagógico que producen todas estas históricas vivencias que sentimos trágicamente  los seres humanos con las reiteradas pandemias que nos azotan siglo tras siglo: nos enseñan acerca de la fragilidad de la vida, a ser más humildes y no pensar que somos los amos omnipotentes del universo y que una vez más la naturaleza nos obliga a no desobedecer sus sabias leyes.

Por Roque Herrera Michel 

roquehmichel@hotmail.com

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